Que tal estáis queridos seres tridimensionales?, bien?, pero... que tal sois?, sois, y me incluyo, pensamiento, sentimiento y materia.
Nuestros pensamientos crean nuestras emociones, que a su vez causan nuestros actos, ya sean en verbo o en acción y estos actos crean nuestros hábitos, que configuran nuestra personalidad, siendo así, cuida tu mente en recto pensamiento, siente lo que piensas y dale emoción sana, para luego actuar y materializar con éxito.
Estas son las claves imprescindibles del equilibrio interior, todo debe ir sincronizado al máximo de sus posibilidades.
Este mecanismo nos abre un camino hacia la auto observación ,y nos puede servir mucho para conocernos y saber sobretodo, las causas de las situaciones por las que pasamos.
Este camino lo podemos recorrer desde la causa (mente), hasta la consecuencia (acción) o viceversa.
Si iniciamos el camino desde nuestra mente, hemos de ser muy cautos desde el principio del despertar de nuestra consciencia, cosa difícil porqué conforme vamos creciendo, se nos van inculcando cánones de pensamiento que en gran medida nos embrutecen la mente, nos educan, como no podía ser de otra forma, desde la dualidad y con los recursos pobres de nuestros padres y educadores, creando en nosotros patrones cuadrados de pensamiento, cuyas consecuencias nos crean sentimientos y emociones que van acorde a los mismos y que a su vez, repercuten directamente en nuestros actos finales.
Por lo tanto, lo recomendable bajo mi punto de vista, es recorrer el camino desde la consecuencia hasta la causa, es decir, desde la acción pasando por la emoción hasta la mente, y así podremos corregir las causas, cambiar los patrones adquiridos, para crear consecuencias nuevas con el objetivo de crearnos un mejor destino.
De esta forma, si observamos nuestros actos finales y los analizamos bien, porqué he dicho esto o aquello?, porqué he actuado así ?, descubriremos que detrás de ellos está la emoción, que es el motor sentimental para realizarlos, y si nos paramos a pensar y observar la emoción que nos llevó a ese acto, encontraremos la idea, el pensamiento, la matriz mental que inició el circuito, la causa.
Cuando tengamos la causa, analicémosla, trabajemos en ella y si en necesario y posible, cambiémosla por otra nueva, y así iremos cambiando nuestro funcionamiento poco a poco, nos iremos renovando conscientemente, nos conoceremos mejor y nos equivocaremos menos, es más, crearemos más conscientemente nuestras consecuencias, es decir, nuestro destino, por eso digo yo siempre que tenemos lo que nos merecemos, porque somos nuestros propios dirigentes.
Así pues, mente, alma y acto material, deben ir sincronizados, no podemos regirnos solo por la racionalización sin sentir nada, al igual que no podemos dar rienda suelta a nuestros sentimientos sin ni siquiera pensar, y tampoco actuar por actuar sin previa emoción, ni sin pensar.
Piensa, siente lo que piensas y actúa con vivacidad, para luego pensar lo que sientes y cerrar el ciclo en tu mente, quedándote con la consciencia tranquila, para iniciar otra vez el círculo.
Todo nuestro funcionamiento es cíclico y circular, tanto en nuestra existencia microcósmica, como en el universo, solo al principio de nuestros días físicos es cuando se nos intenta establecer el cuadrado, pero debemos ir hacia el circulo, limar las puntas, solo la esfera rueda, se mueve, evoluciona, el cuadrado debe redondearse a base de movimiento y perder sus vértices, para convertirse en esfera.
Como siempre me despido de vosotros con la certeza de haber movido vuestro interior, o por lo menos haber creado dudas en vosotros, gracias por leerme.
Nos vemos en el tiempo!
Nuestros pensamientos crean nuestras emociones, que a su vez causan nuestros actos, ya sean en verbo o en acción y estos actos crean nuestros hábitos, que configuran nuestra personalidad, siendo así, cuida tu mente en recto pensamiento, siente lo que piensas y dale emoción sana, para luego actuar y materializar con éxito.
Estas son las claves imprescindibles del equilibrio interior, todo debe ir sincronizado al máximo de sus posibilidades.
Este mecanismo nos abre un camino hacia la auto observación ,y nos puede servir mucho para conocernos y saber sobretodo, las causas de las situaciones por las que pasamos.
Este camino lo podemos recorrer desde la causa (mente), hasta la consecuencia (acción) o viceversa.
Si iniciamos el camino desde nuestra mente, hemos de ser muy cautos desde el principio del despertar de nuestra consciencia, cosa difícil porqué conforme vamos creciendo, se nos van inculcando cánones de pensamiento que en gran medida nos embrutecen la mente, nos educan, como no podía ser de otra forma, desde la dualidad y con los recursos pobres de nuestros padres y educadores, creando en nosotros patrones cuadrados de pensamiento, cuyas consecuencias nos crean sentimientos y emociones que van acorde a los mismos y que a su vez, repercuten directamente en nuestros actos finales.
Por lo tanto, lo recomendable bajo mi punto de vista, es recorrer el camino desde la consecuencia hasta la causa, es decir, desde la acción pasando por la emoción hasta la mente, y así podremos corregir las causas, cambiar los patrones adquiridos, para crear consecuencias nuevas con el objetivo de crearnos un mejor destino.
De esta forma, si observamos nuestros actos finales y los analizamos bien, porqué he dicho esto o aquello?, porqué he actuado así ?, descubriremos que detrás de ellos está la emoción, que es el motor sentimental para realizarlos, y si nos paramos a pensar y observar la emoción que nos llevó a ese acto, encontraremos la idea, el pensamiento, la matriz mental que inició el circuito, la causa.
Cuando tengamos la causa, analicémosla, trabajemos en ella y si en necesario y posible, cambiémosla por otra nueva, y así iremos cambiando nuestro funcionamiento poco a poco, nos iremos renovando conscientemente, nos conoceremos mejor y nos equivocaremos menos, es más, crearemos más conscientemente nuestras consecuencias, es decir, nuestro destino, por eso digo yo siempre que tenemos lo que nos merecemos, porque somos nuestros propios dirigentes.
Así pues, mente, alma y acto material, deben ir sincronizados, no podemos regirnos solo por la racionalización sin sentir nada, al igual que no podemos dar rienda suelta a nuestros sentimientos sin ni siquiera pensar, y tampoco actuar por actuar sin previa emoción, ni sin pensar.
Piensa, siente lo que piensas y actúa con vivacidad, para luego pensar lo que sientes y cerrar el ciclo en tu mente, quedándote con la consciencia tranquila, para iniciar otra vez el círculo.
Todo nuestro funcionamiento es cíclico y circular, tanto en nuestra existencia microcósmica, como en el universo, solo al principio de nuestros días físicos es cuando se nos intenta establecer el cuadrado, pero debemos ir hacia el circulo, limar las puntas, solo la esfera rueda, se mueve, evoluciona, el cuadrado debe redondearse a base de movimiento y perder sus vértices, para convertirse en esfera.
Como siempre me despido de vosotros con la certeza de haber movido vuestro interior, o por lo menos haber creado dudas en vosotros, gracias por leerme.
Nos vemos en el tiempo!
Comentarios
Publicar un comentario